LA PROFESIÓN Y SU RELACIÓN CON LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
Existe
una relación estrecha y complementaria entre la ética y la responsabilidad
social, la primera la podemos definir de manera resumida como: “la actitud y
comportamiento frente a un hecho especifico, enmarcado en la moral y
correcto.”, y la segunda como: “la realización de actividades y/o procesos que
puedan mitigar o apoyar al entorno positivamente, dicho entorno es aquel donde
realizamos la explotación de una actividad económica”.
El
actuar independientemente del entorno en que desarrolle una profesión debe
estar enmarcado en el cumplimiento de los principios éticos que logrará el
cumplimiento de los objetivos económicos (producción de riqueza y distribución
de esta) y objetivos sociales (desarrollo de la sociedad y todos sus
integrantes); siendo a su vez estos objetivos inseparablemente unidos, por lo
que las empresas conformadas por personas deben buscar integrarlos
armónicamente a su quehacer. Así asegurará su existencia, aumentará su
productividad y permitirá el desarrollo humano de sus integrantes. (Estrada,
Monroy, & Ramirez, 2005).
La
responsabilidad social lo relacionaremos con el enfoque deontológico que se caracteriza por estar centrado en normas
de conducta prácticas, en principios y obligaciones que pueden ser expuestos en
términos de deber de actuación o prohibición, y que aseguran unos mínimos
comportamientos éticos de quienes las siguen. Implica un grado de compromiso
con la práctica ética que se ve refrendado por la necesidad de estudiar estos
principios y la obligación de su puesta en práctica en la siguiente imagen se considera la evolución
del concepto de responsabilidad social, bajo la perspectiva de varios autores:
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